El 20 de mayo de 2020, entró en vigor la legislación en Inglaterra, lo que significa que todos los adultos serán considerados como posibles donantes de órganos cuando mueran, a menos que su familia intervenga o ellos opten por no participar durante su vida. Esto reemplaza el esquema anterior de «suscripción voluntaria» por uno de «consentimiento presunto».
La legislación recibe el sobrenombre de «Ley de Max y Keira» debido a que Max recibió un corazón de Keira que lamentablemente murió en un accidente automovilístico a los 9 años. En 2018, más de 400 pacientes murieron mientras esperaban una donación de órganos y se espera que este cambio aumentará el número de órganos disponibles para los que están en lista de espera.
Una ley similar ha estado en vigor en Gales desde 2015 y ha aumentado el número de donantes de órganos muy necesarios con la tasa de consentimiento aumentando del 58% al 75%.
Es de esperar que el cambio en la ley tenga un efecto similar en Inglaterra, ya que significa que en lugar de tener que firmar el registro de donantes de órganos, algo en lo que podría pensar pero nunca llegar, no tendrá que hacer nada más. Sin embargo, es una buena idea hablar con su familia sobre lo que le gustaría que suceda después de su muerte, ya que se seguirá consultando a las familias.
